Estoy descubriendo que mi ubicación geográfica no posee injerencia tácita en mi bienestar físico ni en mi estabilidad mental/emocional.
Esa facultad de destrucción que hasta ayer le otorgaba al insulso hecho de radicar en Mil Kilómetros al Norte, ha sido diluida.
No sé cuánto tiempo más voy a permanecer aquí...
...no tengo prisa.