Hoy tuve uno de esos días que parecen sueños vacilantes.
Uno de esos sueños en los que todo cambia de rumbo repentina y drásticamente, y nadie parece notarlo más que el soñante.
Un sueño cíclico que se repite sin tregua.
Donde floto boca arriba en las suaves y tranquilas aguas del desconcierto.
Acostado en un cuerpo de agua impía que me arroja a un vacío que termina en repetición.
Allí estaba yo, itinerante sobre aguas perdidas en la inocencia de su curso.
Y si me muevo, me hundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario