Estoy tirado en el ombligo de la tarde observando el ombligo del techo de mi habitación.
Pienso en el ombligo de tu alma.
Reparo en el cordón invisible y tenso que une mi alma con la tuya. Largo, valiente, invencible, necio.
Siento que me hundo en el ombligo de una vida gorda y sucia.
domingo, 24 de abril de 2011
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