Tom Waits sings to Muriel while my brain accommodating floats in the whiskey I drank last night. It´s kinda Funny how despite I should suffering an impious hangover, I just awoke from a superb humor.
Even the pitifully pathetic pseudo pretentious messages issued by those who have just three neurons wich fight each other, fail to shake the welfare attached to my dry skin.
The mirror is also in a good mood. Today doesn´t spat in my face that I'm getting old, that I'm so bad manager until I spend out of life faster than others.
The water for coffee can´t endure the tickling fire and began to laugh with bubbles.
I feel so good that I´ll wash the french press before use it.
sábado, 24 de diciembre de 2011
Buen Humor
Tom Waits le canta a Muriel mientras mi cerebro flota complaciente en el whisky que me bebí anoche. Es curioso cómo a pesar de que debería estar sufriendo una resaca impía, desperté de un humor inmejorable.
Ni siquiera los pseudo mensajes patéticos y lastimosamente pretensiosos emitidos por quienes poseen tres neuronas peleadas entre sí, logran sacudir el bienestar adherido a mi reseca piel.
El espejo amaneció de buenas también. Hoy no me escupió en la cara que me estoy volviendo viejo. Que soy tan mal administrador, que hasta la vida se me acaba más rápido que a los demás.
El agua para café ya no soportó más las cosquillas del fuego y comenzó a carcajear burbujas.
Me siento tan bien que lavaré la prensa francesa antes de utilizarla.
Ni siquiera los pseudo mensajes patéticos y lastimosamente pretensiosos emitidos por quienes poseen tres neuronas peleadas entre sí, logran sacudir el bienestar adherido a mi reseca piel.
El espejo amaneció de buenas también. Hoy no me escupió en la cara que me estoy volviendo viejo. Que soy tan mal administrador, que hasta la vida se me acaba más rápido que a los demás.
El agua para café ya no soportó más las cosquillas del fuego y comenzó a carcajear burbujas.
Me siento tan bien que lavaré la prensa francesa antes de utilizarla.
jueves, 21 de julio de 2011
Humor involuntario
Hay ocasiones, en que la risa y la zozobra se coquetean y terminan copulando.
Generalmente, esta sensación de tristeza y comicidad simultáneas tiene su origen en el humor involuntario que produce la decadente actitud de quienes viven publicitando día con día cuán felices, eficientes y capaces son.
Lo que no saben estos seres, o mejor expresado, otra de las cosas que ignoran, es que su atrabancado y tristemente floreado discurso de autosuficiente y suprema inteligencia, no es más que una inmejorablemente nítida proyección de la piel de su alma, en la cual están profundamente tatuados sus miedos, frustraciones, traumas, infelicidad y una muy baja autoestima.
La necesidad de proyectarse superior, resulta de una profunda sensación de inferioridad.
Es triste, pues el patetismo siempre causa desdén.
Es divertido, ya que parece un acto sublime del mejor de los payasos.
Generalmente, esta sensación de tristeza y comicidad simultáneas tiene su origen en el humor involuntario que produce la decadente actitud de quienes viven publicitando día con día cuán felices, eficientes y capaces son.
Lo que no saben estos seres, o mejor expresado, otra de las cosas que ignoran, es que su atrabancado y tristemente floreado discurso de autosuficiente y suprema inteligencia, no es más que una inmejorablemente nítida proyección de la piel de su alma, en la cual están profundamente tatuados sus miedos, frustraciones, traumas, infelicidad y una muy baja autoestima.
La necesidad de proyectarse superior, resulta de una profunda sensación de inferioridad.
Es triste, pues el patetismo siempre causa desdén.
Es divertido, ya que parece un acto sublime del mejor de los payasos.
domingo, 15 de mayo de 2011
Ratos
Así como pude llegar a pensar (natural y estúpidamente) que nunca más tendrá la capacidad de amar, he tenido también la temeraria y resquebrajante sensación de que no volveré a articular sensible e insensata palabra alguna.
La gran capacidad que tengo de sabotearme sin piedad y sublimarme días después, es tan asombrosa como desconcertante. Un día cualquiera puedo despertar sintiendo que soy parte indisoluble de un etéreo, amorfo e inefable universo en expansión cuyo cielo parece tan distante y atractivo que me es imposible no sentir que crezco junto con él.
Dos o tres lunas después, siento una repulsión abrumadora hacia todo. El cielo me parece extremadamente bajo y asfixiante, y mis poros comienzan a emitir un odio exacerbado hacia lo inmundo que me parece el mundo.
Por otro lado, y de manera irremediable, tengo momentos de sensatez e insensibilidad que me permiten (obligan) a hacer cosas por dinero.
La gran capacidad que tengo de sabotearme sin piedad y sublimarme días después, es tan asombrosa como desconcertante. Un día cualquiera puedo despertar sintiendo que soy parte indisoluble de un etéreo, amorfo e inefable universo en expansión cuyo cielo parece tan distante y atractivo que me es imposible no sentir que crezco junto con él.
Dos o tres lunas después, siento una repulsión abrumadora hacia todo. El cielo me parece extremadamente bajo y asfixiante, y mis poros comienzan a emitir un odio exacerbado hacia lo inmundo que me parece el mundo.
Por otro lado, y de manera irremediable, tengo momentos de sensatez e insensibilidad que me permiten (obligan) a hacer cosas por dinero.
miércoles, 11 de mayo de 2011
Sangre negra
Es particularmente extraño que durante varios meses haya tenido una necesidad asesina de escribir y al momento de sentarme a hacerlo, ése asesino ávido de sangre negra y caligráfica, háyase desvanecido una y otra vez.
Durante los cortos días y las noches aguadas e interminables que sucedieron mi partida, la sustancia gruesa, viscosa y pasional donde coexistían flotando mi cerebro, mi corazón y mis letras fue paulatinamente perdiendo cuerpo y mis tres esenciales partes se hundieron sin remedio.
Debo decir que fui asquerosamente indiferente. Observé impávido a esa trinidad aparentemente inerte en el fondo de mí y no hice nada por ella.
Mas no era el fin.
Con el poder que tienen las cosas naturales, implacables, absolutas, y (otra vez debo decir) ante una espesa pasividad vomitiva, fui retomado violentamente por esos tres fantasmas sedientos de venganza.
Mi corazón está hinchado, mi mente gorgorea y se ahoga en ideas que durante este tiempo se tuvo que tragar mientras las letras se acomodan solas.
Durante los cortos días y las noches aguadas e interminables que sucedieron mi partida, la sustancia gruesa, viscosa y pasional donde coexistían flotando mi cerebro, mi corazón y mis letras fue paulatinamente perdiendo cuerpo y mis tres esenciales partes se hundieron sin remedio.
Debo decir que fui asquerosamente indiferente. Observé impávido a esa trinidad aparentemente inerte en el fondo de mí y no hice nada por ella.
Mas no era el fin.
Con el poder que tienen las cosas naturales, implacables, absolutas, y (otra vez debo decir) ante una espesa pasividad vomitiva, fui retomado violentamente por esos tres fantasmas sedientos de venganza.
Mi corazón está hinchado, mi mente gorgorea y se ahoga en ideas que durante este tiempo se tuvo que tragar mientras las letras se acomodan solas.
domingo, 24 de abril de 2011
Ombligo
Estoy tirado en el ombligo de la tarde observando el ombligo del techo de mi habitación.
Pienso en el ombligo de tu alma.
Reparo en el cordón invisible y tenso que une mi alma con la tuya. Largo, valiente, invencible, necio.
Siento que me hundo en el ombligo de una vida gorda y sucia.
Pienso en el ombligo de tu alma.
Reparo en el cordón invisible y tenso que une mi alma con la tuya. Largo, valiente, invencible, necio.
Siento que me hundo en el ombligo de una vida gorda y sucia.
viernes, 28 de enero de 2011
Hoy
Hoy que es viernes.
Hoy,
que estoy encabronado.
Hoy,
que hace frío.
Hoy,
que siento que te necesito más que nunca.
Hoy,
que lloré al escuchar una canción pensando en ti.
Hoy,
que no tengo fuerza.
Hoy,
que me tiembla el temple.
Hoy,
que miré el calendario y reparé en que hace casi un año que salí de casa.
Hoy,
que sigo trabajando como simio autómata.
Hoy,
que te escribo sin verte.
Hoy,
que te siento tan cerca.
Hoy,
que me duelen los dientes.
Hoy que descubrí;
que he estado atesorando tanto para ti.
Hoy que descubrí;
que tengo un hueco de amor que sólo tu puedes llenar...
Me levanto calcáreo y exhausto para decirte que te amo.
lunes, 3 de enero de 2011
Idea mal sana
De entre los febriles pistilos aterciopelados de mi inconsciencia emergió una idea aterradora.
Libró a los impíos dedos
(afilados y fríos)
que celan rabiosamente el bienestar de mis culpas;
entes lacerantes verdugos de mi placer,
cadenas con puntas que amarran del cuello a mi concupiscente
voluntad,
verrugas malditas que entristecen el alma.
Era una idea tan horripilante como divertida.
Apenas la descubrí, la maté por acto involuntario condicionado.
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