viernes, 31 de diciembre de 2010
Perfecto
lunes, 8 de noviembre de 2010
Otra vez la luna
sábado, 23 de octubre de 2010
Siento que
viernes, 13 de agosto de 2010
martes, 10 de agosto de 2010
Geografía
jueves, 8 de julio de 2010
Sueño vacilante
miércoles, 7 de julio de 2010
De Asqueles, Moyotes y Reborujos
Han sido salpicados fina y sutilmente por cajas de cartón con ojos, perros en desarrollo, gotas de lluvia, sueños de pulseras vivas, bailes ridículos, Dr. Pepper, plantas que escuchan, paisajes mojados, un niño gigante, un hombre que al lado de un moyote pasa desapercibido, burritos mentirosos, pizzas con queso fuerte, sandwiches robados, cine en casa, un libro releído, mojitos que son mojitos, mojitos que no lo son, oficinas con ruedas, espaldas mojadas, la crónica de un taco de pollo secuestrado, malteadas de plátano con chocolate, animales míticos (¿¿Asqueles??), un conductor reborujado y una canción nueva que reclama a la luna como premio y que suena y suena y suena y suena...
viernes, 25 de junio de 2010
Atole
Una mañana, al salir abruptamente de un sueño profundo y ordinario (en el cual había ciudadanos hormiga conviviendo con la gente, trabajando de cajeros, limpiando parabrisas, dirigiendo equipos de fútbol... en fin, un sueño profundo y ordinario) mis sentidos estaban trabajando a tope y sentí la pesadez abrumadora y asfixiante del vacío, de la ausencia, de tu manera de no ser.
Ya antes sentí algunas veces ese letargo físico envuelto en el desvelo del alma. Ese ínfimo momento de recién despierto que se hiende y por cuyas grietas se filtra la consciencia total de la existencia, la realidad plena, absoluta, desmaquillada y apestosa... así como es.
Empero, ya pasó... ya estoy metido en una oficina tomando café siendo inconscientemente feliz.
lunes, 14 de junio de 2010
Patrocinios Malditos
Me cubre una parsimonia natural que me limpia, me desnuda y -paradójicamente- me despierta.
Así, mi yo sin edulcorar disfruta casi hasta la convulsión al contemplar la luz tenue y moribunda que expele el sol por las mañanas cuando está nublado, y si en ese trance de respiración lenta y profunda se atraviesa un sorbo de café cargado, negro y puro, la vorágine arrebata el alma y el cuerpo se queda ahí, inmóvil, con la mirada fija, taciturna, en paz....
-¡¿Qué pedo, qué te pasa?!.- Dice un pendejo mientras pasea su manita torpemente ante mis ojos.
No quiero voltear a ver su rostro, que seguro carga una pesada sonrisa auspiciada por la estupidez.
-Nada, no tengo nada.- Respondo mientras me levanto de la banqueta y entro nuevamente a la oficina.
jueves, 3 de junio de 2010
Despacio
He atravesado parsimoniosamente cinco meses que se antojan como quince si volteo a mirar enero.
Y dentro de ese cubo de segundos lentos y aglutinados (cuyas paredes me rebotan sin lastimarme cuando pego mi nariz en ellas) el último par se estira y pretende parecer siete.
Creo que sucede cuando me visita la muerte o cuando extravío uno de tantos sentidos de la vida. Esta vez perdí el más grande e importante. La búsqueda ha sido lenta y dolorosa pero fructífera. Lo escucho lejos, quedito pero firme.
Ahora sé a dónde voy.
Sigo caminando despacio.
Cada segundo, largo como hora, me regala una ínfima parte de mí que desconocía y me sorprende.
viernes, 28 de mayo de 2010
Sudor dulce
Me sorprendí tratando de pegar las piezas de un espejo hecho trizas en una ciudad que no conozco.
Pude ver mi rostro sin facciones.
Las llaves de la consciencia siguen perdidas.
No he querido probar si el picaporte gira, pues corro el riesgo de que esté abierto.
El calor empaña el alma y suda dulce.
martes, 25 de mayo de 2010
martes, 13 de abril de 2010
Bonita Mañana
Abrí los ojos porque unas letritas pequeñas y tiernas me hablaron al oído.
Unté un pan con mantequilla y me lo comí mientras buscaba mis llaves.
Reí al ver que las manchitas las habían escondido dentro de la lavadora.
Abracé mi saco gris y salí de casa.
lunes, 12 de abril de 2010
Debí suponer
Obscuridad total y un extraño bullicio sordo.
Mi mandíbula volvió a rosar el suelo cuando prendí la luz y sorprendí a mis manchitas de colores en cautiverio en una verdadera bacanal.
El frenesí era envidiable; carcajadas, brincos, gritos... era una fiesta salpicada de muchos colores por todos lados.
Jugaban a aventarse el contenido de mi frasco de besos que no he dado. El recipiente de vidrio rodaba vacilante por el suelo resbaloso (las manchitas cuando son felices, emanan una suerte de baba brillante y delgadita).
Caminé de puntas con mucho cuidado para no pisar a nadie.
Cuando notaron mi presencia, huyeron rápido a la habitación vacía.
Yo me quedé recogiendo mis besos y los guardé en el frasco.
Todos menos uno que ya se va.
Comida en casa
Lo primero que hice fue buscar algo de comer. Un par de latas de atún, un poco de aderezo y un par de piezas de pan de caja fueron suficientes. Los acompañé con jugo de arándano.
Me senté en un sillón a devorar el alimento mientras pensaba en quién habría podido llevarse mi frasco.
Es muy extraño que quien haya sido, hubiera elegido apoderarse precisamente de un frasco a primera vista vacío. Y lo considero particularmente raro, debido a que hay al alcance de cualquiera otros objetos que pudieran parecer de mayor valor.
Una armónica, una guitarra, un televisor, una cámara fotográfica, un robot, fotos enmarcadas del hombre de barba blanca, en fin...
Volví a recorrer el lugar ya no en busca del recipiente, sino de algún indicio que me dejara saber, o al menos intuir, quién había sido el autor del hurto, para así ir cuanto antes a recuperar mis pertenencias.
No encontré nada.
domingo, 11 de abril de 2010
Frasquito Perdido
Los muebles estaban callados y las ventanas estóicas recibían los impactos diminutos y tupidos de las gotas que el cielo arrojaba entusiasta.
Me quité el saco mojado y lo aventé sobre la única silla del comedor.
La cara me sabía a lluvia.
Al prender la luz de mi habitación descubrí que el frasco donde guardo los besos que no he dado había desaparecido.
Mi mandíbula rosó el suelo.
Mis ojos, desesperados, querían brincar a buscar por todos lados mi frasquito de besos que no he dado.
Y es que ahí están todos. Hay besos mudos, besos decalzos, de sabores, con ruedas, presos, diminutos, gordos, traviesos, largos, escritos, dulces, brillantes, redondos, tronados, robados, cantados, de colores, mojados, tontos, viejos, cansados, viajeros...
Lo busqué sin éxito hasta entrada la noche.
Afortunadamente traía uno en el bolsillo de mi camisa y se acaba de ir presuroso a su destino.
martes, 6 de abril de 2010
Teléfono estéril
Necesito acomodar todo para que mi estancia en Mil Kilómetros al Norte no se distraiga regresando la cabeza para ver si todo está bien, o al menos igual...
Dejaré atrás (en estricto orden de no importancia):
Documentos, cuentas por cobrar, horarios, rutinas, cuentas por pagar, mis dos almohadas, un espejo sin reflejo, ruidos en la noche, fotos de callejones, un cuadrito verde en una azotea del centro, un árbol gordo que me cura, un fantasma, muchas tardes hermosas de tormenta, una sucursal bancaria, un cafetín con reloj de péndulo, un seven-eleven, muchos domingos de fútbol, una pesadilla recurrente, un asiento en el estadio, varias comidas familiares, una acuarela, una fiesta sorpresa, un vaso con agua sobre la mesa, una maleta vacía con destino a Nueva York y un estéril número telefónico al que nunca nadie ha llamado...
domingo, 4 de abril de 2010
Ladrón
Rumeaba por la alacena olvidada de la cocina sin saber qué estaba buscando ni qué iba a encontrar.
Moví bolsas de arroz, frijol, conservas y demás alimentos casi vitalicios.
Tal vez los restos secos multicolor que dejan las manchitas por donde andan, me llevaron a asomar la cabeza en esa mini bodega de granos y latas...
Descubrí que es un lugar especialmente apreciado por ellas para atesorar cosas.
Había velas, botones, tapas de colores, envolturas de chocolates, una canica, un calcetín de rombos (????), pilas inservibles, trozos de hilo acomodados (por tamaño y color) en una madeja cuidadosamente elaborada, un cerillo vivo y uno muerto, un dejo de cuerda de guitarra, un corcho, migas de coco rayado, pedacitos de alambre...
Y al fondo, detrás de todo el altar de fruslerías, estaban mi matera y mi bolsa de mate escondidas. Cuidadosamente las deslicé hacia mi...
¿¿¿Por qué siento que les estoy hurtando???
sábado, 3 de abril de 2010
Aspirinas
La llave giró fácil, libre, casi sola. Sin embargo, al girar el picaporte la puerta necia no se abría.
Con el hombro empellaba una y otra vez...
parecía que estaba soldada.
Me senté largo rato recargado en la puerta.
De repente lo escuché, ese murmullo inconfundible que me gritó al oído que a una de ellas la había traicionado la felicidad pueril e incosteable que le generaba gastarme una broma.
Acto seguido escuché a las demás reprochando el accidente con una suerte de sonidos enojaditos y muy tiernos.
No tuve más que aventar por debajo de la puerta una tira vacía de aspirinas, con las bombitas de plástico trasparente casi intactas, redondas...
Sabía que eso y el rojo brillante del papel metálico que guardaba las pastillas, les serían irresistibles.
La puerta se abrió.
Al entrar, pude ver como las traviesas manchitas se llevaban su nuevo tesoro debajo de la cama.
Les di tus saludos.
Luar
mi corazón apunta hacia arriba, inquieto.
Con los ojos cerrados quiere salir y recorrer el mapa sin zapatos...
Sus latidos no me dejan dormir desde quella tarde en que el luar me arrebató del mundo.
lunes, 29 de marzo de 2010
Asalto a luz armada
No sé si se había olvidado de salir ultimamente o yo había dejado de voltear a verla,
simplemente apareció otra vez sin avisar.
Enorme, irregular, suave,
sutil y elegantemente sospechosa...
Eligió un pedazo de cielo taciturno e indefinido para acomodarse y acechar al mundo con su brillo reservado...
de mi parte no hubo resistencia, levanté la manos y me vació por completo.
viernes, 26 de marzo de 2010
Concurso de órganos
La invitación fue un éxito. Me han entregado con los ojos llenos de esperanza, sobres cerrados que al destapar me salpican la cara con falsa ira, mucho miedo, indiferencia simulada, máscaras de hule con sonrisas dibujadas, sueño eterno y hasta un collar con un eslabón falso.
Todas parecen buenas propuestas.
-o-
El corazón no participó...
...sigue sentadito con las manos entrelazadas mirando a la ventana abierta, por la cual todas las noches, recita la misma poesía y avienta besos que vuelan en la dirección de siempre.
Parece no importarle el frío ni la tempestad inclemente, cierra los ojos y soporta la impiadosa tormenta, pues sigue soñando que cesará de un momento a otro...
jueves, 25 de marzo de 2010
Pestañas de gato
Agradezco que alguien no esté cerca para sentir mis ojos, pues la tristeza macabra y cierta que ha venido a suplantar lo que alguna vez fue una mirada tibia y apacible sería mortal para su piel.
Mis pestañas de gato se han ido cayendo una a una.
Lentas, tristes se rehúsan a desprenderse de mis párpados. Empero, pocas son las que quedan pirradas a mi rostro.
A ratos trato de entender, cabilo, recuento, presiento, fumo, imagino y me muero otra vez.
El olor a diablo no se ha ido y amenaza con quedarse en la ciudad.
Resurección más uno
He muerto y resucitado tantas veces que me asombran las tantas vidas que he dejado a trás en tan poco tiempo. Vidas que se van quedando como pieles secas que no sirven.
Colección de pliegues en el rostro.
Miles de muertes tal vez, resurecciones más uno.
Mueca extraña
Parí un par de pesadillas mientras dormía y en lugar de despertar austado, me levanté portando una suerte de mueca que me gusta imaginar que es una sonrisa en gestación.
Hace calor desde las 7 AM.
Me sorprendí cantando mientras tomaba un baño. Creo que así expelo esas notas desafinadas que no me dejaban escuchar y veo como se pierden en el aire.
Hoy amanecí contento.
miércoles, 24 de marzo de 2010
El corazón en casa
Las letras de un libro viejo se encargaron de llevarme durante varias horas a lugares donde no sentía rencor, tristeza ni desolación.
Quien escribió ese libro viejo, parecía conocer perfectamente bien el alma de los poetas que no nacieron para hacer poesía, pero cuya capacidad para sentirla, es infinitamente mayor a la de los "doctores corazón", esos seres vacíos que "curan" con palabras a la medida, charlatanes que trafican con la vulnerabilidad de las almas heridas.
-o-
El agua donde solía reposar mi corazón, que hasta hace un par de días era turbia y pestilente, ayer amaneció muy clara y pura..
decidí dejar el corazón en casa,
lejos de mí,
que no lo he dejado descansar.
lunes, 22 de marzo de 2010
domingo, 21 de marzo de 2010
[ ]
Otra vez comienzo estas líneas sin saber a dónde va a parar el significado insignificante de las mismas.
Patéticamente estoy varado en el más común de los lugares comunes:
Soy una mente vacía con el insufrible impulso de gritar todas las ideas de las que carece.
Escurrimiento patético-ontológico
Siento de pronto que me escurro. Me voy yendo de a poco, el calor me exime, subleva y evapora. No soy puro. Encuentro alivio cuando hay frío. Quieto observo un entorno entrópico, cambiante, mediado por una suerte de orden incomprendido.
Pienso, intento comprender el orden y se me revuelve la cabeza, sueño que entiendo y despierto con el corazón dando tumbos en mi pecho lleno de agua. Estoy lejos, muy lejos de saber qué pasa con mi cuerpo cuando tu par de pupilas se dilatan para mí. Aguado e indefenso te miro mirarme y me escapo en un patético huir desesperado y humillante, por donde nadie pensaría que pasaría nada, por donde nada pasaría aunque hubiera alguien.
Existo aún sin haber pensado en nada, porque antes de pensar sentí y porque siento existo y porque existo pienso, y antes de todo te vi, y entonces pude sentir, pensar y existir.
miércoles, 17 de marzo de 2010
Agujas de Vudú
martes, 16 de marzo de 2010
No se puede quejar
lunes, 15 de marzo de 2010
lunes, 1 de marzo de 2010
Piel de oído
martes, 16 de febrero de 2010
Regresaron
jueves, 11 de febrero de 2010
Sueño Delgadito
domingo, 7 de febrero de 2010
Limpio
sábado, 6 de febrero de 2010
De una libreta vieja 2
De una libreta vieja
jueves, 14 de enero de 2010
Fragmento
Polo Valverde.
Generación Espontánea (Fragmento).
lunes, 11 de enero de 2010
Prueba de Fondo
Siento como mi panza se infla y desinfla al ritmo de mi respiración resignada que, dicho sea de paso, no alcanza a liberar al cuerpo de las pesadas distracciones que la mente le coloca encima sin reparar en la capacidad del mismo de soportar sobrecargas.
Y es que tal vez, a mi mente se le haya olvidado que forma parte de una unidad indisoluble que respira, se alimenta y reclama ejercer su derecho a soñar, además de dormir un poco de vez en cuando.
Tal vez no sepa que si no da tregua, las ráfagas de viento que provoca terminarán por vencer los cimientos de su propia casa.
Es probable que no esté enterada de que la vida no es una prueba de velocidad sino de fondo.