viernes, 11 de diciembre de 2009

Sol Vainilla

Esta mañana me he atrevido a ponerle azúcar al café y le dí permiso al cansado sol de invierno de entrar hasta donde su halo quisiera llegar.

Sólo abrí la ventana y lo dejé pasar.

Me he entretenido contemplando las micropartículas de polvo que su luz de vainilla descubre a la vista de cualquiera. Les hablo de mis manchitas de colores en cautiverio y se alteran con mi voz.

Mientras abro la boca para probar el sabor de la luz y me como algunas micropartículas de polvo, pienso en lo felices que serían mis manchitas de colores si pudieran estar aquí conmigo.

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