viernes, 31 de diciembre de 2010

Perfecto

Un amigo francés muerto me dijo (ya muerto) que "El realismo le da la impresión de un error".

Esta aseveración perpetua ha venido a aligerar un poco el denso (y por ende pesado) conflicto que me causa la exagerada imperfección del mundo como lo concibo.

Sí, ya sé, la imperfección del mundo lo hace perfecto

¡Pero joder, debe haber un límite!



lunes, 8 de noviembre de 2010

Otra vez la luna

Me incluyo en el reflejo cóncavo perfecto que estampa tu esfera ocular.

Me incluyo en tu piel,
en tus recuerdos.


Me asumo idiota sin cordura,
me bebo la culpa sin gesto aparente.


Mi mente me fustiga,
quiere verme derrotado y suplicante.


Me revuelco entre lo correcto y lo deseado.

Cuando me levanto no me impregna la esencia de nada.


La luna, con su cara blanca, se encargará de juzgar mis actos y, en su momento, me dará la absolución.




¿Necesito absolución?

sábado, 23 de octubre de 2010

Siento que

Quiero salir y correr hasta que mi corazón reviente.

Quiero gritar hasta que se abra mi garganta y salgan diminutas aves de colores
que se escapen al cielo y se integren en su cuerpo.

Quiero dejar de pensar en lo que sigue hasta que el futuro se canse de acecharme,
y que sus ojos de serpiente se sequen (y mirar el proceso),
y poder usarlos de botones en la camisa más vieja de mi armario.

Quiero quitarme los zapatos y caminar descalzo en un jardín enfriado por la luna.

Quiero rebanarte y comerte por secciones.


viernes, 13 de agosto de 2010

Nada

No tengo nada cronopiomutiladezco que decir.

Voy a leer al buen Hank y regreso.

martes, 10 de agosto de 2010

Geografía

Estoy descubriendo que mi ubicación geográfica no posee injerencia tácita en mi bienestar físico ni en mi estabilidad mental/emocional.

Esa facultad de destrucción que hasta ayer le otorgaba al insulso hecho de radicar en Mil Kilómetros al Norte, ha sido diluida.

No sé cuánto tiempo más voy a permanecer aquí...

...no tengo prisa.

jueves, 8 de julio de 2010

Sueño vacilante

Hoy tuve uno de esos días que parecen sueños vacilantes.

Uno de esos sueños en los que todo cambia de rumbo repentina y drásticamente, y nadie parece notarlo más que el soñante.

Un sueño cíclico que se repite sin tregua.

Donde floto boca arriba en las suaves y tranquilas aguas del desconcierto.

Acostado en un cuerpo de agua impía que me arroja a un vacío que termina en repetición.

Allí estaba yo, itinerante sobre aguas perdidas en la inocencia de su curso.

Y si me muevo, me hundo.


miércoles, 7 de julio de 2010

De Asqueles, Moyotes y Reborujos

Estos días han sido verdaderamente divertidos.

Han sido salpicados fina y sutilmente por cajas de cartón con ojos, perros en desarrollo, gotas de lluvia, sueños de pulseras vivas, bailes ridículos, Dr. Pepper, plantas que escuchan, paisajes mojados, un niño gigante, un hombre que al lado de un moyote pasa desapercibido, burritos mentirosos, pizzas con queso fuerte, sandwiches robados, cine en casa, un libro releído, mojitos que son mojitos, mojitos que no lo son, oficinas con ruedas, espaldas mojadas, la crónica de un taco de pollo secuestrado, malteadas de plátano con chocolate, animales míticos (¿¿Asqueles??), un conductor reborujado y una canción nueva que reclama a la luna como premio y que suena y suena y suena y suena...

viernes, 25 de junio de 2010

Atole

Habíame dado cuenta de que tu ausencia es más densa que el atole.

Una mañana, al salir abruptamente de un sueño profundo y ordinario (en el cual había ciudadanos hormiga conviviendo con la gente, trabajando de cajeros, limpiando parabrisas, dirigiendo equipos de fútbol... en fin, un sueño profundo y ordinario) mis sentidos estaban trabajando a tope y sentí la pesadez abrumadora y asfixiante del vacío, de la ausencia, de tu manera de no ser.

Ya antes sentí algunas veces ese letargo físico envuelto en el desvelo del alma. Ese ínfimo momento de recién despierto que se hiende y por cuyas grietas se filtra la consciencia total de la existencia, la realidad plena, absoluta, desmaquillada y apestosa... así como es.

Empero, ya pasó... ya estoy metido en una oficina tomando café siendo inconscientemente feliz.

lunes, 14 de junio de 2010

Patrocinios Malditos

Hay momentos (laaaaargos momentos) en los que me hundo.

Me cubre una parsimonia natural que me limpia, me desnuda y -paradójicamente- me despierta.

Así, mi yo sin edulcorar disfruta casi hasta la convulsión al contemplar la luz tenue y moribunda que expele el sol por las mañanas cuando está nublado, y si en ese trance de respiración lenta y profunda se atraviesa un sorbo de café cargado, negro y puro, la vorágine arrebata el alma y el cuerpo se queda ahí, inmóvil, con la mirada fija, taciturna, en paz....






-¡¿Qué pedo, qué te pasa?!.- Dice un pendejo mientras pasea su manita torpemente ante mis ojos.

No quiero voltear a ver su rostro, que seguro carga una pesada sonrisa auspiciada por la estupidez.

-Nada, no tengo nada.- Respondo mientras me levanto de la banqueta y entro nuevamente a la oficina.

jueves, 3 de junio de 2010

Despacio

No deja de sorprenderme la relatividad inherente y casi siempre desapercibida que posee el tiempo.

He atravesado parsimoniosamente cinco meses que se antojan como quince si volteo a mirar enero.

Y dentro de ese cubo de segundos lentos y aglutinados (cuyas paredes me rebotan sin lastimarme cuando pego mi nariz en ellas) el último par se estira y pretende parecer siete.

Creo que sucede cuando me visita la muerte o cuando extravío uno de tantos sentidos de la vida. Esta vez perdí el más grande e importante. La búsqueda ha sido lenta y dolorosa pero fructífera. Lo escucho lejos, quedito pero firme.

Ahora sé a dónde voy.

Sigo caminando despacio.

Cada segundo, largo como hora, me regala una ínfima parte de mí que desconocía y me sorprende.

viernes, 28 de mayo de 2010

Sudor dulce

Hoy me encontré en pedazos.

Me sorprendí tratando de pegar las piezas de un espejo hecho trizas en una ciudad que no conozco.

Pude ver mi rostro sin facciones.

Las llaves de la consciencia siguen perdidas.

No he querido probar si el picaporte gira, pues corro el riesgo de que esté abierto.

El calor empaña el alma y suda dulce.

martes, 25 de mayo de 2010

Lost!

Me siento perdido...

¿Alguien me ha visto por ahí?

martes, 13 de abril de 2010

Bonita Mañana

La mañana me regaló un cielo grisáceso y frío.

Abrí los ojos porque unas letritas pequeñas y tiernas me hablaron al oído.

Unté un pan con mantequilla y me lo comí mientras buscaba mis llaves.

Reí al ver que las manchitas las habían escondido dentro de la lavadora.

Abracé mi saco gris y salí de casa.

lunes, 12 de abril de 2010

Debí suponer

Abrí la puerta.

Obscuridad total y un extraño bullicio sordo.

Mi mandíbula volvió a rosar el suelo cuando prendí la luz y sorprendí a mis manchitas de colores en cautiverio en una verdadera bacanal.

El frenesí era envidiable; carcajadas, brincos, gritos... era una fiesta salpicada de muchos colores por todos lados.

Jugaban a aventarse el contenido de mi frasco de besos que no he dado. El recipiente de vidrio rodaba vacilante por el suelo resbaloso (las manchitas cuando son felices, emanan una suerte de baba brillante y delgadita).

Caminé de puntas con mucho cuidado para no pisar a nadie.


Cuando notaron mi presencia, huyeron rápido a la habitación vacía.

Yo me quedé recogiendo mis besos y los guardé en el frasco.

Todos menos uno que ya se va.

Comida en casa

No acostumbro comer en casa, sin embargo, no pude dejar de pensar en mi frasco perdido y hoy regresé a medio día a sabotear el refrigerador y a seguir en la búsqueda del recipiente aquél lleno de ósculos surtidos.

Lo primero que hice fue buscar algo de comer. Un par de latas de atún, un poco de aderezo y un par de piezas de pan de caja fueron suficientes. Los acompañé con jugo de arándano.

Me senté en un sillón a devorar el alimento mientras pensaba en quién habría podido llevarse mi frasco.

Es muy extraño que quien haya sido, hubiera elegido apoderarse precisamente de un frasco a primera vista vacío. Y lo considero particularmente raro, debido a que hay al alcance de cualquiera otros objetos que pudieran parecer de mayor valor.

Una armónica, una guitarra, un televisor, una cámara fotográfica, un robot, fotos enmarcadas del hombre de barba blanca, en fin...

Volví a recorrer el lugar ya no en busca del recipiente, sino de algún indicio que me dejara saber, o al menos intuir, quién había sido el autor del hurto, para así ir cuanto antes a recuperar mis pertenencias.

No encontré nada.

domingo, 11 de abril de 2010

Frasquito Perdido

Todo parecía normal cuando llegué.

Los muebles estaban callados y las ventanas estóicas recibían los impactos diminutos y tupidos de las gotas que el cielo arrojaba entusiasta.

Me quité el saco mojado y lo aventé sobre la única silla del comedor.

La cara me sabía a lluvia.

Al prender la luz de mi habitación descubrí que el frasco donde guardo los besos que no he dado había desaparecido.



Mi mandíbula rosó el suelo.

Mis ojos, desesperados, querían brincar a buscar por todos lados mi frasquito de besos que no he dado.

Y es que ahí están todos. Hay besos mudos, besos decalzos, de sabores, con ruedas, presos, diminutos, gordos, traviesos, largos, escritos, dulces, brillantes, redondos, tronados, robados, cantados, de colores, mojados, tontos, viejos, cansados, viajeros...

Lo busqué sin éxito hasta entrada la noche.

Afortunadamente traía uno en el bolsillo de mi camisa y se acaba de ir presuroso a su destino.

martes, 6 de abril de 2010

Teléfono estéril

Estoy a menos de trece días de dejar la ciudad.

Necesito acomodar todo para que mi estancia en Mil Kilómetros al Norte no se distraiga regresando la cabeza para ver si todo está bien, o al menos igual...

Dejaré atrás (en estricto orden de no importancia):

Documentos, cuentas por cobrar, horarios, rutinas, cuentas por pagar, mis dos almohadas, un espejo sin reflejo, ruidos en la noche, fotos de callejones, un cuadrito verde en una azotea del centro, un árbol gordo que me cura, un fantasma, muchas tardes hermosas de tormenta, una sucursal bancaria, un cafetín con reloj de péndulo, un seven-eleven, muchos domingos de fútbol, una pesadilla recurrente, un asiento en el estadio, varias comidas familiares, una acuarela, una fiesta sorpresa, un vaso con agua sobre la mesa, una maleta vacía con destino a Nueva York y un estéril número telefónico al que nunca nadie ha llamado...

domingo, 4 de abril de 2010

Ladrón

Media tarde.

Rumeaba por la alacena olvidada de la cocina sin saber qué estaba buscando ni qué iba a encontrar.

Moví bolsas de arroz, frijol, conservas y demás alimentos casi vitalicios.

Tal vez los restos secos multicolor que dejan las manchitas por donde andan, me llevaron a asomar la cabeza en esa mini bodega de granos y latas...

Descubrí que es un lugar especialmente apreciado por ellas para atesorar cosas.

Había velas, botones, tapas de colores, envolturas de chocolates, una canica, un calcetín de rombos (????), pilas inservibles, trozos de hilo acomodados (por tamaño y color) en una madeja cuidadosamente elaborada, un cerillo vivo y uno muerto, un dejo de cuerda de guitarra, un corcho, migas de coco rayado, pedacitos de alambre...

Y al fondo, detrás de todo el altar de fruslerías, estaban mi matera y mi bolsa de mate escondidas. Cuidadosamente las deslicé hacia mi...



¿¿¿Por qué siento que les estoy hurtando???

sábado, 3 de abril de 2010

Aspirinas

Anoche al llegar a casa la puerta estaba atrancada por dentro.

La llave giró fácil, libre, casi sola. Sin embargo, al girar el picaporte la puerta necia no se abría.

Con el hombro empellaba una y otra vez...

parecía que estaba soldada.

Me senté largo rato recargado en la puerta.


De repente lo escuché, ese murmullo inconfundible que me gritó al oído que a una de ellas la había traicionado la felicidad pueril e incosteable que le generaba gastarme una broma.

Acto seguido escuché a las demás reprochando el accidente con una suerte de sonidos enojaditos y muy tiernos.

No tuve más que aventar por debajo de la puerta una tira vacía de aspirinas, con las bombitas de plástico trasparente casi intactas, redondas...

Sabía que eso y el rojo brillante del papel metálico que guardaba las pastillas, les serían irresistibles.

La puerta se abrió.

Al entrar, pude ver como las traviesas manchitas se llevaban su nuevo tesoro debajo de la cama.

Les di tus saludos.

Luar

Sigo mirando al cielo en busca de la luna,

mi corazón apunta hacia arriba, inquieto.

Con los ojos cerrados quiere salir y recorrer el mapa sin zapatos...

Sus latidos no me dejan dormir desde quella tarde en que el luar me arrebató del mundo.

lunes, 29 de marzo de 2010

Asalto a luz armada

Esta noche me asaltó la luna.


No sé si se había olvidado de salir ultimamente o yo había dejado de voltear a verla,

simplemente apareció otra vez sin avisar.


Enorme, irregular, suave,

sutil y elegantemente sospechosa...


Eligió un pedazo de cielo taciturno e indefinido para acomodarse y acechar al mundo con su brillo reservado...



de mi parte no hubo resistencia, levanté la manos y me vació por completo.

viernes, 26 de marzo de 2010

Concurso de órganos

He convocado a todos y cada uno de mis órganos a un concurso de liberación.

La invitación fue un éxito. Me han entregado con los ojos llenos de esperanza, sobres cerrados que al destapar me salpican la cara con falsa ira, mucho miedo, indiferencia simulada, máscaras de hule con sonrisas dibujadas, sueño eterno y hasta un collar con un eslabón falso.

Todas parecen buenas propuestas.

-o-

El corazón no participó...

...sigue sentadito con las manos entrelazadas mirando a la ventana abierta, por la cual todas las noches, recita la misma poesía y avienta besos que vuelan en la dirección de siempre.

Parece no importarle el frío ni la tempestad inclemente, cierra los ojos y soporta la impiadosa tormenta, pues sigue soñando que cesará de un momento a otro...

jueves, 25 de marzo de 2010

Pestañas de gato

Ya decía alguién que mis ojos eran tristes aún cuando era feliz.

Agradezco que alguien no esté cerca para sentir mis ojos, pues la tristeza macabra y cierta que ha venido a suplantar lo que alguna vez fue una mirada tibia y apacible sería mortal para su piel.

Mis pestañas de gato se han ido cayendo una a una.

Lentas, tristes se rehúsan a desprenderse de mis párpados. Empero, pocas son las que quedan pirradas a mi rostro.

A ratos trato de entender, cabilo, recuento, presiento, fumo, imagino y me muero otra vez.

El olor a diablo no se ha ido y amenaza con quedarse en la ciudad.

Resurección más uno

A ratos añoro, pienso, siento, soy frío, fumo, me pierdo, recuerdo y fenezco.

He muerto y resucitado tantas veces que me asombran las tantas vidas que he dejado a trás en tan poco tiempo. Vidas que se van quedando como pieles secas que no sirven.

Colección de pliegues en el rostro.

Miles de muertes tal vez, resurecciones más uno.

Mueca extraña

Hoy amanecí contento.

Parí un par de pesadillas mientras dormía y en lugar de despertar austado, me levanté portando una suerte de mueca que me gusta imaginar que es una sonrisa en gestación.

Hace calor desde las 7 AM.

Me sorprendí cantando mientras tomaba un baño. Creo que así expelo esas notas desafinadas que no me dejaban escuchar y veo como se pierden en el aire.

Hoy amanecí contento.

miércoles, 24 de marzo de 2010

El corazón en casa

Me subí a un camión con dirección al norte para viajar mil kilómetros sin voltear a ver el camino que dejaba, simplemente cerré los ojos y me fui de a poco desprendiendo de pensamientos insulsos e insalubres que no tiene caso describir aquí.

Las letras de un libro viejo se encargaron de llevarme durante varias horas a lugares donde no sentía rencor, tristeza ni desolación.

Quien escribió ese libro viejo, parecía conocer perfectamente bien el alma de los poetas que no nacieron para hacer poesía, pero cuya capacidad para sentirla, es infinitamente mayor a la de los "doctores corazón", esos seres vacíos que "curan" con palabras a la medida, charlatanes que trafican con la vulnerabilidad de las almas heridas.



-o-

El agua donde solía reposar mi corazón, que hasta hace un par de días era turbia y pestilente, ayer amaneció muy clara y pura..


decidí dejar el corazón en casa,

lejos de mí,

que no lo he dejado descansar.

lunes, 22 de marzo de 2010

Treguas

Hay treguas que involucran más violencia que la guerra misma.

domingo, 21 de marzo de 2010

[ ]

Otra vez comienzo estas líneas sin saber a dónde va a parar el significado insignificante de las mismas.

Patéticamente estoy varado en el más común de los lugares comunes:

Soy una mente vacía con el insufrible impulso de gritar todas las ideas de las que carece.

Escurrimiento patético-ontológico

Siento de pronto que me escurro. Me voy yendo de a poco, el calor me exime, subleva y evapora. No soy puro. Encuentro alivio cuando hay frío. Quieto observo un entorno entrópico, cambiante, mediado por una suerte de orden incomprendido.

Pienso, intento comprender el orden y se me revuelve la cabeza, sueño que entiendo y despierto con el corazón dando tumbos en mi pecho lleno de agua. Estoy lejos, muy lejos de saber qué pasa con mi cuerpo cuando tu par de pupilas se dilatan para mí. Aguado e indefenso te miro mirarme y me escapo en un patético huir desesperado y humillante, por donde nadie pensaría que pasaría nada, por donde nada pasaría aunque hubiera alguien.

Existo aún sin haber pensado en nada, porque antes de pensar sentí y porque siento existo y porque existo pienso, y antes de todo te vi, y entonces pude sentir, pensar y existir.

miércoles, 17 de marzo de 2010

Agujas de Vudú

El peso se va aligerando día con día.

Hoy por ejemplo, fui capaz de levantarme sin sentir que mi cabeza recién cercenada se quedaba en la almohada.

El corazón empero, sigue yaciendo a la mitad de mi cama casi muerto, sólo lo recupero cuando regreso a dormir y me acuesto y cierro los ojos. Le recito poesía maldita y robada para no dejarlo morir. Es la única manera, pues el vaso de agua de colores donde solía recuperarse, ahora tiene moscas y apesta a despecho.

Las cabezas suelen caer cortadas a manos de verdugos sin capucha que las miran a los ojos...

a menudo lo merecen y ruedan valientes su castigo.


Pero los corazones no nacieron para ser enjuiciados ni pinchados con agujas de vudú.

He dejado de escuchar a la gente, a la gente que habla sin sentido y sin sentir lo que yo siento, a los oídos sordos que gustan de finales felices, a los entes que desean el bien pero ignoran al diablo desnudo que camina y nos acecha entre las calles de la misma ciudad que nos cobija a todos.

martes, 16 de marzo de 2010

No se puede quejar

He decidido mudarme al lado tibio de mi casa,

dormir en la habitación contigua,

donde se acoraza el sol toda la mañana y por la tarde puedo caminar descalzo sin tiritar,

en donde las paredes no amenazan constantemente con desaparecer y dejarme dormido a la intemperie...

Mi pecho me reclama paz.

Mi corazón no puede ni quejarse.



lunes, 15 de marzo de 2010

Hoy amaneció tristemente nublado.

Aire, mucho aire...

Vientos que arrastran las esquirlas de un alma fracturada y cansada de decir, escuchar, esperar y sentir que existía un alma melliza flotando cerca.

Infinitivos que amedrentan con volarme la cabeza desenvainando rencorosos el filo del desprecio,
el más peligroso, el incompasivo... el mortal.

Hay en el aire agua sucia a punto de condensarse que respiro mediante poros tapados de odio antes de dejarla llover.

La virtud es perecedera y el amor es su hermano mayor.





lunes, 1 de marzo de 2010

Piel de oído

Anoche trataba de dormir cuando un susurro obstinado, indescifrable y concupiscente acarició mi cuello.

Sutilmente pirrado con sus dedos diminutos a mis poros exhalaba sobre mi piel

Pretendí que nada sucedía y me quedé tranquilo sin moverme un ápice.

Respiré lento y hondo para no asustarlo, quería que siguiera musitando palabras licuadas cuyo sentido no radicaba en la comprensión fonética, sino en una dialéctica alternativa que, sin conocer, comprendí muy bien.

Me habló de la soledad acompañada que involuntaria e inconscientemente me inventé hace ya algún tiempo; de mis otros Yoes, amigos (algunos incómodos) encarnados en los músculos del alma, enmascarados como recuerdos, miedos, vicios y pasiones.

El relato se fue descifrando solo. Parecía que su mismo aliento era codificador del mensaje y que requería únicamente el ínfimo espacio entre su procedencia y mi piel para ser entregado digerido.

Sí, escuché con la piel.


martes, 16 de febrero de 2010

Regresaron

Anoche llegué a casa y me costó más trabajo que de costumbre girar la llave.

Un espeso aroma a silencio se desbordó cuando abrí la puerta.

Era como si alguien hubiera dispuesto todo para que se percibiera un ambiente enrarecido.

No goteaba el grifo, el refrigerador había dejado de zumbar y el frío no se escabullía por las rendijas de la ventana.

Mi habitación estaba cerrada pero con la luz prendida...





Al abrir la puerta me sorprendieron mis manchitas de colores jugando por todos lados. Estaban felices, renovadas, más brillantes, más vivas, más grandes...

Comenzamos a gritar y jugar hasta que nos quedamos dormidos donde nos agarró la madrugada.


jueves, 11 de febrero de 2010

Sueño Delgadito

Leía recostado y no me di cuenta en qué momento me quedé dormido.

Unos cuántos minutos después de la una de la mañana, un bullicio casi imperceptible (aún para alguien despierto) engulló mi mediocre descanso.

Levanté la cabeza emocionado, estaba seguro de que eran mis Manchitas de Colores, hacía mucho tiempo no sabía de ellas, empero también tenía la certeza de que no habían huido, de que seguían por ahí sobreviviendo.

Ya bien despierto, me percaté de que el pequeño bullicio había sido sólo un sueño delgadito.

domingo, 7 de febrero de 2010

Limpio

El aprendizaje ontológico cuando viene en su cauce normal, como arroyito de constante y tranquilo fluir, es imperceptible. Baja elegante acariciando piedras lisas. Poco a poco debilita las costras de mis entrañas y sutil se las lleva consigo al final del mundo. De repente soy un poco menos impuro.

A veces (pocas veces) allá muy arriba, cerca de donde nace todo, suele formarse una cárcava que va guardando cantidades inimaginables de agua con basura y costras de todos tamaños que se pirran muy fuerte a las paredes del alma. Pero llega el momento en que no soporta más y se desborda.

Entonces se viene violento un alud de desperdicio flotando en agua sucia desbordada y pasa impiadoso sobre mí.

Después de la hecatombe quedo herido pero limpio.








sábado, 6 de febrero de 2010

De una libreta vieja 2

Te mueves y te sigo tiempo atrás para rozar el aire que te tuvo,

oler tu exhalación...

y tentar tus pasos con los míos.


De una libreta vieja

Mientras la gente muestra su afecto con caricias vacías, sonrisas invertebradas, regalos fastuosos y abracitos tibios, vomito.

Vomito en sus falaces corazones de oropel, que emulan imágenes sagradas y pretenden alcanzar una deidad sentimental que casi nadie conoce y que creen que se logra con el matrimonio.

Entonces conciben como natural al odio junto al amor.

Se vuelve un odio rabioso e inmaculado, hermano gemelo del amor.

jueves, 14 de enero de 2010

Fragmento

"...era la tristeza más profunda que recuerdo haber visto alguna vez, su rostro era tan profundo y tan triste que fue fácil adivinar que no había fondo ni final en su mirada, misma que llevaba a cuestas la mayor parte de la tristeza y, por ende, toda la abismal profundidad."

Polo Valverde.

Generación Espontánea (Fragmento).

lunes, 11 de enero de 2010

Prueba de Fondo

Exhausto, sin tiempo para pensar (y mucho menos para escribir) yazco boca arriba con los ojos cerrados.

Siento como mi panza se infla y desinfla al ritmo de mi respiración resignada que, dicho sea de paso, no alcanza a liberar al cuerpo de las pesadas distracciones que la mente le coloca encima sin reparar en la capacidad del mismo de soportar sobrecargas.

Y es que tal vez, a mi mente se le haya olvidado que forma parte de una unidad indisoluble que respira, se alimenta y reclama ejercer su derecho a soñar, además de dormir un poco de vez en cuando.

Tal vez no sepa que si no da tregua, las ráfagas de viento que provoca terminarán por vencer los cimientos de su propia casa.

Es probable que no esté enterada de que la vida no es una prueba de velocidad sino de fondo.