dormir en la habitación contigua,
donde se acoraza el sol toda la mañana y por la tarde puedo caminar descalzo sin tiritar,
en donde las paredes no amenazan constantemente con desaparecer y dejarme dormido a la intemperie...
Mi pecho me reclama paz.
Mi corazón no puede ni quejarse.
No hay comentarios:
Publicar un comentario