martes, 16 de febrero de 2010

Regresaron

Anoche llegué a casa y me costó más trabajo que de costumbre girar la llave.

Un espeso aroma a silencio se desbordó cuando abrí la puerta.

Era como si alguien hubiera dispuesto todo para que se percibiera un ambiente enrarecido.

No goteaba el grifo, el refrigerador había dejado de zumbar y el frío no se escabullía por las rendijas de la ventana.

Mi habitación estaba cerrada pero con la luz prendida...





Al abrir la puerta me sorprendieron mis manchitas de colores jugando por todos lados. Estaban felices, renovadas, más brillantes, más vivas, más grandes...

Comenzamos a gritar y jugar hasta que nos quedamos dormidos donde nos agarró la madrugada.


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