martes, 14 de abril de 2009

Huecos resanadores

Creo que los huecos en la panza, son una de esas razones por las cuales no encuentro particularmente inútil lidiar con el trajín cotidiano.

Los huecos en la panza rompen con esa maldición eterna que por autonomasia llamamos "Vida Moderna" o "Mal necesario".

Subir, bajar, entrar, poner, quitar, fumar, decir, gritar, encabronarse, cerrar, prender, teclear, llamar, contestar, negar, rogar, comer, cagar, voltear, regresar, correr, llegar, medio dormir, despertar y volver a empezar.

Un hueco en la panza, en mi caso, puede ser producido por miedo, emoción, incertidumbre, amor, desamor, el luar, una foto, una tarde, el color de algo nuevo que me recuerda algo viejo, un camioncito de refrescos de plástico barato, un árbol gordo, el momento exacto en que deja de llover, la música en vivo, y hasta por una palabra mal escrita pero bien puesta.

Los huecos en la panza tapan hoyos.

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